MARISQUERÍA ISLEÑO DELGADO, EL MAR EN HERRADORES

Atravesar el umbral de la puerta de este establecimiento en pleno Casco Histórico de La Laguna es trasportarse en barca de remos a una Marisquería atlántica. En su pizarra a la entrada se nos invita a perseguir las olas. Nosotros decidimos hacerlo.

En Aguere, en la calle Herradores, se encuentra un pequeño local bien pensado, de apertura reciente, que acoge esta marisquería restaurante. Con el valor añadido de su joven dueño, Kev Delgado, cabe destacar un personal siempre pendiente y atento, una materia prima fresca, que además de apostar por los productos canarios se provee también de las mejores lonjas peninsulares, con una carta de vinos extensa y excelsa, mezcla ésta que promete fidelizar la clientela.

En nuestra visita, al ser por la noche tras un mediodía generoso en comida, nos dejamos aconsejar por Kev para sentados en la barra, púlpito de marisquerías y bares marineros, ante una Cerveza del país de barril bien tirada intentar probar una variedad de sus mariscos y platos. Para acompañar después, que mejor que un Vino Tajinaste Blanco, de la DOP Islas Canarias, elaborado en las Bodegas Tajinaste de La Orotava en su totalidad con Listán Blanco, de agradables notas florales y aromas, fresco y suave, con una acidez bien equilibrada, que acompaña elegantemente cualquier marisco.

Para comenzar, tras un aperitivo de la casa basado en un picadillo para untar pan y siempre bien aconsejados, nos decidimos por una gran fuente combinando Gambas Rojas, Gambón y Gamba Blanca de Huelva a la plancha . Gastronómicamente fue un espectáculo de sabor que nos transporta a la intensidad de los aromas marinos más puros, con notas de yodo y salitre. Los tres tipos de carne firme y delicada, en un punto más que correcto de plancha que demuestra práctica en su elaboración, y con una buena calidad de sal gruesa molida que ensalza el producto. Destacando a mi modesto parecer la gamba blanca, que con su color rosáceo de tonalidades anaranjadas tenues evoca matices más sutiles de un Atlántico algo más lejano.

Continuamos con ese sencillo monumento gastronómico como son unas croquetas, que bien pueden ser a la vez una completa elaboración de buena cocina. En este caso unas Croquetas de Mejillón, plato perfecto como entrante pero también como colofón a un sencillo picoteo, tal fue el nuestro. Plato simple que conserva todo el sabor del molusco en una bechamel firme, suave y casera, con un buen empanado, que distingue una buena croqueta de la que no lo es.

El resumen es ante todo un trato cordial, con un gran producto fresco y bien elaborado, a un precio más que razonable que roza lo económico para este tipo de producto, rondando los 20€ por persona. Se trata, pues, de una experiencia lagunera más que recomendable. Quizás me atrevería solamente a sugerirles que incluyeran un par de arroces en su carta, plato este que en La Laguna escasea, para añadir a sus carnes y entremeses, y de este modo y manera poder hacer de la visita a su marisquería un almuerzo o cena completo entre olas, redes y artes pesqueras.