Historias Para No Dormir, un chef francés en mitad de Anaga

Si el nombre de este pequeño restaurante francés sito en mitad de este pequeño caserío del macizo de Anaga tan rico en la arquitectura popular rural canaria, es tan sorprendente como el hecho de haberlo conservado del anterior establecimiento sito en la misma casa, no menos lo es una apuesta tan poco convencional como arriesgada de ofrecer entre los barrancos de Taborno y Afur un menú degustación de comida francesa, con un precio fijo de 16,80 Euros y dos platos de los cuales, el entrante es único y el segundo a elegir.

Historias para no dormir surge de la experiencia emprendedora de un matrimonio francés y su familia que ya tuvieron un restaurante de esta especialidad en Santa Cruz de Tenerife y decidieron trasladar su saber para instalarlo en plena ruta de excursionistas.

Como no podía ser de otra manera, tras la atenta explicación sin lugar a réplica de su dueña, nos decidimos por un Vino Armand Dartois perteneciente a la DO Côtes du Rhône con aroma a frutos secos, hojas y mermelada de moras, envuelto en humo con un tostado que le confiere cierta profundidad muy acorde a la zona y al día de lluvia que elegimos.

Como curiosidad explicar que esta DO o AOC (Appellation d’origine contrôlée) cubre el Valle del Ródano, en cuya zona predomina la uva Garnacha y Syrah principalmente. El sistema de clasificación de estos vinos tiene la peculiaridad de ser extremadamente simple, pues siendo esta DO la genérica en la que no se cita ni nombre del pueblo, municipio y pago, está por encima de ella la DO Côtes du Rhône Villages y la DO Côtes du Rhône Crus que si permiten ya citar alguna toponimia.

El primer plato, como explicamos antes, no es opcional y varía acorde con la estacionalidad y la carta. En esta ocasión se trataba de una Ensalada del Chef, copiosa, rica en sabor y bien conjuntada en ingredientes, de los que podemos recordar amen de la lechuga, tomate, pepino y remolacha el queso de cabra, jamón y aceitunas con una ligera salsa de mostaza, miel y vinagre de Módena.

De segundo plato, elegimos un Solomillo de Cordero en Costra de Hierbas y Mostaza y un Ciervo con Salsa del Bosque, ambos al más puro estilo francés y servidos con idéntica guarnición de pimientos, puré, quiché y pastel de papas gratinadas en bechamel.

El cordero, carne usual en la cocina mediterránea francesa y española y no tanto en otras culturas, es rica en ácidos grasos saturados por lo que es una de las carnes más jugosas e intensamente sabrosas que existen, lo que la hace tan apreciada como rechazada. En su presentación envuelta en crujiente y hierbas una vez cocinada, iba acompañada de una salsa española o demiglace, una de las salsas madre, espesas y oscuras de la cocina francesa, cocinada a fuego lento con salsa de carne y vino, reducida y espesada. Ideal para el napado o cubrimiento de este tipo de platos.

Por su parte el ciervo, de carne tierna y sabrosa, clasificada como carne negra o de caza, tiene un sabor similar al buey, aunque es más ligera, de fibras cortas y tiernas, con muy poca grasa al estar criado el animal en libertad y menor cantidad de calorías y colesterol que la mayoría de los cortes usuales.

Acompañaba nuestra carne las frutas del bosque, el fondo de cocción del ciervo, desglasado y reducido en forma de salsa que hacían del conjunto una más que excelente combinación.

Los postres, de repostería casera, artesanal y variada hizo que nos decidiéramos por la Tarta caliente de Manzana y el Milhojas de Crema pastelera y fresas, que no hicieron sino ratificar el buen concepto que de la comida habíamos forjado.

Una experiencia enogastroturística, en un entorno inigualable en pleno monte, con prólogo de laurisilva y vistas de ensueño que se acompaña de una comida maravillosamente buena, muy original, de gustos y sabores diferentes, presentada en una carta tan variada como poco convencional y todo ello bajo un atendimiento familiar y afable en excelente relación de calidad y de precio.