EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Un nuevo año, un nuevo ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer.

Sabemos que no es cuestión de acordarnos un solo día del año, sabemos que la desigualdad por razón de género se produce diariamente en la cotidianidad de nuestras vidas, sabemos que muchas veces no advertimos nuestros comportamientos discriminatorios hacia las mujeres porque están encriptados en la cultura que hemos asimilado durante generaciones, sabemos que desgraciadamente no tenemos motivos para celebrar, porque en lo que va de año 16 mujeres han muerto a manos de sus parejas o sus ex parejas, según datos oficiales del Gobierno de España.

Pero precisamente por todo eso, aprovecho esta ocasión para compartir con ustedes una reflexión: como trabajadores y trabajadoras del servicio público tenemos que ser conscientes de esta desigualdad e incorporar a nuestras políticas, aquéllas de las que somos directamente responsables, la perspectiva de la igualdad de oportunidades para todas aquellas mujeres que trabajan en el sector primario y no se las ve, a las que no se les reconoce ni su mérito, ni sus capacidades, ni su contribución. Tenemos que visibilizarlas, que hacer políticas también para ellas.

Les pido, con ocasión de este Día Internacional, que tomemos consciencia de esta realidad, que reflexionemos sobre cómo mejorarla y nos comprometamos con esta tarea. La mejor forma de contribuir a la celebración de este día es poner las bases para que en el futuro nuestros hijos e hijas, nietas y nietos se pregunten por qué se dedicaba un día internacional a la mujer. Y no hallen la respuesta en el mundo que les toque vivir.