Esta receta tiene tres pasos previos a su degustación, y el primero de ellos es limpiar la bolsa del pulpo (nos lo puede hacer nuestro profesional en la pescadería) y congelarlo.
Este paso es importante porque al congelar, se rompen las fibras y al cocinarlo queda más tierno.
El segundo paso es, una vez descongelado, cocer el pulpo en agua con un corcho (cultura tradicional), durante 30 minutos.
Y el tercer y definitivo paso es asar al pulpo ya cocido, con su jugo de cocción, durante otros 30 minutos, y gratinar después otros 5 minutos, de manera que el animal quedará tierno por dentro y crujiente por fuera.
Troceamos, aliñamos con zumo de limón, aceite de oliva virgen extra y pizca de sal marina de Canarias y solo queda disfrutar de el.