Vamos a limpiar las pechugas de pollo para cortarlas en dos a lo largo. Las sazonamos con sal y pimienta al gusto. Reservamos.
Es recomendable no salar demasiado ya que tanto el salami como el tomate seco aportarán una buena dosis de sal al conjunto.
Cortamos el salami y julianas así como los tomates secos. Colocamos ambos en una de las mitades de cada pechuga.
Cortamos igualmente trocitos de mozzarella que agregamos a todo lo anterior. Doblamos las pechugas y las cerramos con la ayuda de un par de palitos de madera.
Cortamos más mozzarella que colocamos sobre las pechugas.
Sazonamos con un poco de pimienta y colocamos en un refractario.
Recubrimos con papel de aluminio y horneamos, a 200ºC, por 20 minutos.
Retiramos el papel de aluminio y dejamos otros cinco a ocho minutos en el horno, a 180ºC.