Precalienta el horno a 160º. Monta las claras a punto de nieve firme, mejor con varillas eléctricas. Incorpora, poco a poco, el zumo y 65 gramos de azúcar, sin dejar de batir en ningún momento.
Añade las avellanas y continúa batiendo hasta obtener una masa lisa y homogénea.
Ve cogiendo porciones y dales forma redondeada con la ayuda de 2 cucharillas. Colócalas en la placa forrada con papel sulfurizado.
Hornea las pastas durante unos 20 minutos, hasta que estén bien doraditas.
Retíralas, déjalas enfriar y espolvoréalas con un poco de azúcar glas y con la canela en polvo.
El truco: para guardar estas pastas, lo mejor es utilizar un tarro que tenga cierre hermético, así evitarás que se ablanden.