Más de mil doscientas personas disfrutan de una jornada de tradición y celebración durante la IV Feria del Ron y la Caña de Azúcar de Destilerías Aldea

El encuentro contó con visitas guiadas a la destilería de la marca, exhibición de “flair”, concurso de coctelería y actuaciones musicales en el marco idílico de Puerto Espíndola

El pasado sábado, 29 de julio, tuvo lugar en Puerto Espíndola (San Andrés y Sauces, Isla de La Palma) la IV Feria del Ron y la Caña de Azúcar de Destilerías Aldea, convirtiendo lo que empezó como una fiesta para promocionar la marca sen un evento que promociona y moviliza, no solo todo el municipio sino prácticamente a toda la Isla Bonita.

La destilería familiar, ha promovido por cuarta ocasión, el encuentro que pretende mostrar al público la riqueza cultural e histórica de cuatro generaciones dedicadas a la tradición agrícola y a la elaboración de ron.

El día festivo comenzócon unas jornadas de puertas abiertas en  las Destilerías Aldea para que vecinos, curiosos y público general conocieran de cerca la importante tradición rural de La Palma y como trabaja la familia Quevedo por preservar los valores de la auténtica cultura ronera artesanal. Los visitantes pudieron conocer de primera mano como, desde la caña de azúcar que se muele en el trapiche, se consiguen los diferentes rones que se elaboran y se añejan en las bodegas de San Andrés y Sauces.

A todo esto se sumaron una serie de visitas guiadas mostrando a los visitantes como toda la caña de azúcar que se utiliza en la fabricación de ron, ha sido cultivada, cortada y procesada por agricultores de la zona, siguiendo las instrucciones y recomendaciones de las cuatro generaciones de la familia Quevedo, lo que permite obtener  una materia prima de excelente calidad al ser única y exclusivamente cultivada siguiendo prácticas sostenibles y cosechada a mano, respetando al máximo el medio rural.  

A media tarde llegó el turno para la creatividad y el espectáculo con la exhibición de “flair” y los diferentes concursos de coctelería. La plaza de Puerto Espíndola acogió los concursos con bartenders llegados de diversos puntos del archipiélago: el IV Campeonato Aldea Experience, con el ron como protagonista, y el I Campeonato Gin Duality, otro producto que sale de la factoría.

La exhibición de “flair” -o coctelería acrobática-, a cargo de Yuri, resultó todo un espectáculo visual en el que el coctelero de Tenerife desplegó auténticas maniobras imposibles haciendo volar y girar botellas.

Por otro lado, el programa de la jornada también incluía la final de los concursos de coctelería y de gin tonics de Destilerías Aldea, el IV Campeonato Aldea Experience, con el ron como protagonista, y el I Campeonato Gin Duality, con la ginebra de las Destilerías Aldea como estrella.

Los diez mejores clasificados de un concurso abierto entre empresas y escuelas de todas las Islas, viajaron específicamente a La Palma para desplegar su creatividad y presentar sus propuestas.

El jurado del certamen, compuesto por Paula Quintero -Bartender de Ron Aldea-, Oscar Barreto – Catador oficial del Consejo Regulador de Vinos de La Palma-, Fernando Nuñez – Periodista gastronómico del grupo Lancelot-, no lo tuvo fácil para poder evaluar las propuestas dado el alto nivel de los candidatos. El palmarés de las competiciones quedó de la siguiente manera:

IV CAMPEONATO ALDEA EXPERIENCE

1º Premio: Francisco Cuesta

2º Premio: Alejandro Alonso

3º Premio: Clarie Lázaro

I CAMPEONATO GIN DUALITY

1º Premio: Carlos Espinoza

2º Premio: Clarie Lázaro

3º Premio: Alejandro Francisco

PREMIO DESTREZA

Francisco Cuesta

La jornada continuó bien entrada la tarde noche con las actuaciones de las orquestas locales Son del Tilo y Grupo Libertad que hicieron bailar a los asistentes con sus repertorios musicales hasta bien entrada la noche.

El Espíritu de elaboración artesanal de los primeros maestros roneros

Don Manuel Quevedo Alemán (1872-1968), del cual se decía un hombre adelantado a sus tiempos, funda en 1936 la fábrica del Ron Aldea en el municipio gran canario de la Aldea de San Nicolás de Tolentino. Nacido en Arucas, emigra muy joven a Cuba pasando en 1888 a Santo Domingo, donde, en ambos lugares, ejerció labores en el mundo de los ingenios azucareros.

Tras el regreso de las Antillas, a principios del siglo XX, trabajó a la sombra de su padre y su tío José Alemán, propietario de la fábrica azucarera de Bañaderos, tomando más tarde la dirección de la importante fábrica de la ciudad de Guía (Gran Canaria) adquirida en 1909 por el empresario inglés Mr. Leacock. Entonces, con 37 años, Quevedo ya era un más que reconocido maestro del azúcar y el ron.

Esta fábrica, bajo la dirección de Quevedo, estuvo a pleno rendimiento durante cuatro años, pero debido a los efectos negativos de la primera Guerra Mundial, en 1916 la producción era casi nula, produciéndose el cierre y venta de la fábrica en 1919 al financiero portugués Enrique Figueroa Dasilva, quien se lleva los principales bienes de equipo y con ellos a Quevedo, a la isla portuguesa de Madeira. Todo ello, coincidía con el fin del segundo ciclo de la caña de azúcar en Canarias, donde ya en 1920, habían cerrado las principales azucareras.

Quevedo y su familia van a estar allí unos 15 años, desde 1919 a 1934, y será el director de la fábrica azucarera de Sao Felipe (Funchal), propiedad del referido industrial Figueroa Dasilva, donde seguirá acumulando experiencias en la destilación de aguardiente.

En 1934, tras la quiebra económica de Figueroa, Manuel Quevedo tiene que regresar a Canarias con su familia. En este momento, con la experiencia acumulada anteriormente y con la idea de continuar en el mundo azucarero y de la destilación, comienza a desarrollar el proyecto de la fábrica del Ron Aldea, la cual abre sus puertas en 1936, coincidiendo con un nuevo ciclo de la caña de azúcar en Canarias.

Don Manuel se distingue de la competencia internacional por la incorporación de un método no común en las elaboraciones de los destilados, la Destilación Directa del Jugo de Caña. Por regla general para la fabricación de aguardiente en las principales regiones azucareras se usaba y sigue usándose la melaza residual del azúcar para aprovechar al máximo la materia prima. Lo que pretendía don Manuel para la destilación era la utilización del jugo o “GUARAPO” de la caña recién molida y no de la melaza residual, con lo que el producto mantenía el sabor y aroma puros de la caña dulce.

La fábrica de Ron Aldea comenzó a producir más cada año que pasaba a medida que los agricultores locales vieron en la caña dulce un cultivo alternativo a la crisis que se estaba produciendo en la agricultura de exportación, principalmente el tomate. Tal es así que a final de los 40 y principios de las 50 se llegaron a producir la cantidad de 200.000 litros en una sola zafra.

Entre 1954 y 1956 se produce el traspaso de la fábrica a la sociedad agrícola Rodríguez Quintana, quienes realizan una profunda remodelación de la industria con un nuevo edificio, un nuevo alambique, cubas y depósitos de almacenamiento, pero eso sí, manteniendo a Quevedo como director técnico. Esta nueva sociedad comercializará el producto bajo la marca comercial de Ron del Charco.

A partir de este momento se produce un notable descenso de la producción local de caña de azúcar por la competencia de los tomateros, teniendo la necesidad de adquirir caña fuera de la Aldea e incluso en otras islas. Finalmente, la fábrica tuvo que cerrarse sobre 1960.

El Ron Aldea en La Palma

Seguidamente al traspaso de la fábrica a mediados de los 50 es Don Carmelo Quevedo, hijo de Don Manuel, quien se va a la Palma con la marca Ron Aldea, dando lugar un segundo ciclo en la historia y producción de este producto.

Unos años más tarde, en 1969, un hijo de Carmelo, José Manuel Quevedo Hernández, se traslada también a la Palma para continuar con esta historia familiar hasta la actualidad. Hoy en día, José Manuel junto a sus hijos, una cuarta generación, mantienen vivos el espíritu de los primeros maestros roneros.

Fue Don Manuel Quevedo Alemán quien introdujo a la industria del ron canario un nuevo método de fabricación de aguardiente.

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