16 de Enero, Día Internacional de la Croqueta

Cada año se consumen en España 12.200 toneladas de croquetas congeladas

Con recetas tradicionales o propuestas innovadoras como las croquetas de gin-tonic, afrodisíacas o con base de superalimentos, el sector continúa reinventándose

La introducción de nuevos sabores e ingredientes y los nuevos formatos marcan la innovación

Una cena en familia, una tarde con amigos o una solución fácil y rápida para cuando no se tienen ganas de cocinar. Las croquetas, uno de los platos estrella de la gastronomía española, resultan ideales para cualquier situación. Es por ello por lo que figuran en el ‘top 10’ de los platos congelados más demandados por los españoles.

Los datos reflejan la popularidad de este alimento, que no pasa de moda. De acuerdo con la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (ASEFAPRE), al año se consumen en nuestro país alrededor de 12.200 toneladas de croquetas congeladas, lo que demuestra que, a pesar de tratarse de un producto tan tradicional, sigue enamorando tanto a los más jóvenes como a los más mayores. De hecho, las croquetas supusieron el 5,9% del total de las ventas de platos preparados congelados con un valor de 41,8 millones de euros.

Desde que el sector comenzase a ampliar sus líneas de productos con nuevas especialidades, la inversión en investigación y desarrollo ha aumentado progresivamente con el objetivo llegar a todo tipo de consumidores. En este sentido, la reinvención constante es una de las bases de la popularidad para el sector, y convierte a las croquetas en un alimento apto para todos los gustos. De acuerdo con, Álvaro Aguilar, secretario general de ASEFAPRE, “las empresas de alimentación mantienen una constante apuesta por la innovación dirigida al desarrollo de nuevas gamas de productos que atiendan a las preferencias de los consumidores y que, a la vez, supongan una oferta cada vez de mayor calidad y sabor”.

La introducción de nuevos sabores e ingredientes, como las variedades elaboradas con superalimentos como la espirulina y el guaraná, y la creación de nuevas ocasiones de consumo más allá de la alimentación diaria, como son las propuestas de tapeo para ocasiones especiales, o los nuevos formatos, (desde las variedades ‘mini’, pensadas para los momentos de aperitivo, hasta los formatos ‘maxi’, pasando por las más tradicionales, con acabado irregular y artesano) son los ejes fundamentales en torno a los que oscila la innovación en el sector.

Hoy en día, las croquetas más clásicas basadas en la cocina de aprovechamiento -cocido, rabo de vacuno, pollo, jamón, morcilla…-, conviven con nuevas recetas con base de vegetales -espinacas y queso de cabra, setas, verduras y queso de cabra, remolacha y gorgonzola, patata, pimiento…- o productos del mar -atún y piquillo, marisco, merluza y gambas, bacalao, chipirones en su tinta, gambón…-, además de las propuestas ‘fusión’, como las croquetas de bacalao y ajoarriero, de calabaza y parmesano, de pollo y curry, de arroz negro y alioli o de cochinillo y manzana,  y las que dan un paso más atrevido como las croquetas de gin-tonic, de frutas exóticas o afrodisíacas. Asimismo, el sector se preocupa por ofrecer productos adaptados a las demandas de los consumidores, como las variedades sin gluten.   

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