¿Sabías que fueron las mujeres quienes inventaron la cerveza y que durante muchos siglos fueron ellas las únicas encargadas de producirla y comercializarla?
Este es solo uno de los muchos ejemplos del papel destacado que ha tenido la mujer a la largo de la historia de la cerveza.
En la antigua Mesopotamia y Sumeria, hace más de 7.000 años, las mujeres cerveceras, que recibían el nombre de sabtiem, eran las únicas que podían encargarse de su elaboración y su posterior venta. Se trataba de una cerveza baja en alcohol que se utilizaba principalmente en las ceremonias religiosas y como parte de la alimentación diaria.
Este vínculo entre la mujer y la cerveza se mantuvo en otras civilizaciones antiguas. Así en Perú y en Grecia, por citar dos ejemplos, la cerveza estaba considerada una bebida únicamente de mujeres. Además, en el caso concreto de Perú su consumo se restringía a la nobleza.
También en las comunidades nórdicas, las mujeres vikingas estaban llamadas a convertirse en maestras cerveceras. Todos los materiales necesarios para la elaboración de la cerveza eran de su propiedad y se castigaba severamente a quien los usara sin su permiso.
¿Y qué pasaba en Inglaterra durante la Edad Media? Cuando un ama de casa tenía cerveza extra para vender, colocaba un palo largo, adornado con una guirnalda de lúpulo, sobre la puerta principal de su casa. En este país, las mujeres producían de manera artesanal cerveza de tipo Ale, lo que suponía un valioso ingreso y sustento económico para las familias de la época.
Rápidamente acabó convirtiéndose en un elemento fundamental de la dieta inglesa. Prueba de ello es que la propia realeza (con Elizabeth I a la cabeza) la consumía con asiduidad.
Con la llegada de la Revolución Industrial y las nuevas formas de producción, los métodos femeninos de fermentación y elaboración de este producto comenzaron a quedarse obsoletos y, finalmente, se olvidaron. En el año 1700 ya no quedarían mujeres en Europa que produjesen cerveza.
Sin embargo, posteriormente, en la época colonial, la mujer recobró de nuevo protagonismo. Durante esa época, en América los hombres construían fábricas de cerveza para sus mujeres que recuperaron las costumbres europeas y comenzaron a elaborar small beer como medio de sustento para sus familias.
Sin embargo, y a medida que las colonias fueron urbanizándose, la producción de cerveza volvió a convertirse, una vez más, en una actividad masculina.