Las Islas Canarias tienen un nuevo marco fiscal desde noviembre de 2018. Esto permite asumir de forma individual o colectiva operaciones como colocar ahorros en el vino de las islas siempre que se utilice el salvoconducto necesario, es decir, un buen grupo de interés que ayude a sortear todas las barreras técnicas que hay. El asunto del vino de Canarias tiene un problema generacional y las autoridades de las islas están animando a la inversión en la tierra.
En las islas hay unas 70 bodegas y 2018 ha sido un año de buen vino de calidad y en cantidad, según Asaja.
Los vinos de maduración lenta con primavera y veranos suaves, sin golpes de calor, con lo que las viñas van a fuego lento y los parámetros de mejora se notan con calidad a otros ejercicios.
¿Subvenciones?
El Gobierno de Canarias ha abonado en 2018 incentivos pendientes de cobrar de 2011. La gran mayoría de los viñedos están en manos de gente de edad muy avanzada. Los jóvenes se encuentran con lagunas que generen atractivo: Aunque Canarias está libre de los derechos de plantación, no hay ayudas porque el decreto europeo que las regula solamente es para viñas que estén funcionando y se arranquen para reconvertirlas.
Si hay una viña parada y se quiere poner en marcha, no hay ayudas. Ejecutar una obra o hacer una inversión es a fondo perdido. Todas las fincas en Canarias carecen de ayudas, tiran de dineros propios. Ni tan siquiera una ayuda arrendada entra en la norma por ser reposición y no reconversión.
Aumenta la producción y la inversión de producción y el Gobierno de Canarias ha colocado ayudas del Poseican por hectárea. Las autoridades canarias han pedido a la UE fondos para toda la cadena de suministro aunque, en especial, al productor.
FUENTE: Redacción ABC Canarias
Algunas cifras de retorno
De acuerdo con el estudio «Tamaño, costes y viabilidad empresarial en el sector vitivinícola de Canarias» de los profesores Dirk Godenau, Jose Juan Cáceres Hernández y José Ignacio González Gómez, de la Universidad de La Laguna, una aproximación al coste de producción por kilo de uva ubica un precio medio de 9 euros por hora para la realización de la mayor parte de las tareas en España. Ese coste en Canarias se puede ubicar en once euros.
Coste por botella
El coste por botella de vino de 3/4 de litro a la salida de bodega se situaría en 1,35 euros en Lanzarote, 1,5 euros en Abona y La Palma, cercano a dos euros en Ycoden-Daute-Isora, Tacoronte-Acentejo y Valle de la Orotava y por encima de 2 euros en las restantes Denominaciones de Origen de las islas. Ese coste se situaría en 1,10 euros por botella en las bodegas de la Península de tamaño medio en Ribera del Duero o La Rioja. A partir de los 80 mil litros las reducciones de los costes unitarios son limitadas.
Oligopolios
El texto de los expertos de la ULL señala que «en el embotellado es primordial el coste de los insumos y la eficiencia del proceso, porque tienen una repercusión directa en el coste y un mayor tamaño sí puede reducir los costes unitarios. Ahora bien, el diferencial de precio de algunos insumos (vidrio, cartón, corchos) entre las bodegas canarias y peninsulares no depende tanto del tamaño, sino que más bien parece resultado de la insularidad y del oligopolio en las empresas suministradoras».
Superficie
Para los expertos, el 90% de las explotaciones de cualquiera de las Denominaciones de Origen tiene menos de 2 hectáreas, con la excepción de Abona y Lanzarote, en las que un 10% de las explotaciones supera las 2,5 hectáreas, y de Gran Canaria, en cuyo caso un 10% de las explotaciones supera las 3 hectáreas. La superficie media por viticultor en Ribera del Duero está en torno a 2,5 hectáreas y en Rioja se acerca a las 4 hectáreas, «lo que se traduce en producciones de uva por explotación muy superiores a las correspondientes a las explotaciones canarias», apuntan los expertos.