La Comisión Europea ha anunciado que dos nuevos Reglamentos europeos ayudarán a monitorizar el movimiento de los productos del sector vinícola, certificar su origen y características y asegurar que se están llevando a cabo los controles necesarios para prevenir las prácticas fraudulentas. Estas herramientas se aplicarán a nivel de cada Estado miembro, pero supondrán una considerable cooperación transfronteriza entre países.
Una de las principales herramientas que introducen estos nuevos Reglamentos es el llamado «documento acompañante«, que asegurará la trazabilidad de los vinos. Los envíos de vino estarán obligados a llevar un documento acompañante para todas las operaciones de transporte, tanto para ejercer propósitos de impuestos como para chequear su conformidad con las provisiones de la UE. Este documento también se utilizará para certificar el origen del vino, sus características, cosecha o variedad de uva empleada, así como su condición de Denominación de Origen Protegida (DOP) o Indicación Geográfica Protegida (IGP), en caso de que sea aplicable.
Además, los particulares o empresas que posean vinos para propósitos comerciales deberán mantener un registro de la entrada y retirada de cada lote de vino. Este registro deberá incluir también el tipo de vinos producidos e información sobre varias partes del proceso de producción.
Por otro lado, desde la Comisión recuerdan que también se han producido actualizaciones recientes en cuanto a las bebidas espirituosas, que han entrado en vigor en febrero de este año y buscan aportar más claridad a los métodos de etiquetado y producción de estas bebidas.
El primer cambio establece una nueva categoría de bebidas (‘sidra y sidra de pera‘) además de las dos categorías separadas de ‘sidra’ y ‘sidra de pera’. En cuanto al segundo cambio, concierne a la categoría ‘bebidas espirituosas de frutas’ y admite la práctica ampliamente extendida de añadir sufijos a los nombres de la fruta en varios lenguages europeos para describir esencialmente el mismo producto.