La afamada vinoteca inaugura un nuevo espacio en La Laguna

Toño Armas y la familia propietaria del Hotel llevaron a cabo la presentación ayer lunes en un elegante acto de apertura e inauguración

La Laguna Gran Hotel y El Gusto por el Vino inauguraron su nueva Vinoteca en la calle Nava y Grimón de La Laguna. Se trata de una vinoteca activa que cuenta con las facilidades del hotel y desde donde se organizarán actividades relacionadas con el vino periódicamente, además de tener un escaparate de venta al público en la misma «Calle del Agua», con el sello de calidad de «El Gusto por El Vino».

El establecimiento hotelero que albergará la nueva Vinoteca El Gusto por el Vino se encuentra en San Cristóbal de La Laguna donde antiguamente se ubicó la prestigiosa fábrica de tabacos “Alvaro”, una de las principales compañías del sector en Canarias, ya desaparecida, así como la antigua Escuela Normal de Magisterio, dependiente de la Universidad de La Laguna; y da a tres frentes, con la fachada principal y las estancias nobles en la calle del Agua; al callejón que conduce a la montaña de San Roque, y por la trasera con el Barranco de la Carnicería.

La marca El Gusto por el Vino extiende así a la Ciudad de los Adelantados su oferta de vinos canarios, españoles y del mundo. La sumiller Rasa Strankauskaite estará al frente de este apasionado y apasionante proyecto.

Esta nueva opción en la ciudad de Aguere se enmarca, además, dentro del espacio gastronómico de La Laguna Gran Hotel ya integrado por el Café «Del Agua», «Patio del Drago», «Salones y Terraza Los Bejeques», Restaurante NUB * y próximamente el «Rooftop Bar Lassotea Bronco».

El Gusto por el Vino

Fruto de un profundo amor por el mundo del vino y todo lo que rodea a la viticultura y la enología, así como las bebidas espirituosas El Gusto por el Vino Canarias, S.L. es un apasionante proyecto empresarial que se hace realidad gracias a la iniciativa del empresario tinerfeño Antonio Armas Febles.

Con el nacimiento del segundo milenio y la llegada a Canarias de las grandes superficies de alimentación, se hace necesaria la especialización y profesionalización en sectores concretos, para atender de forma personalizada a una clientela y unos consumidores cada vez más preparados y exigentes, así como a unos hábitos de consumo cada vez más cambiantes.

Es en ese momento, allá por el año 2.000 cuando El Gusto por El Vino surge de forma exitosa en el panorama empresarial de nuestro Archipiélagos como una empresa de distribución especializada que, hoy por hoy puede presumir en su sector de ser líder en Canarias.

Antonio Armas Febles y su amplio y cualificado equipo de profesionales, especialmente formados en el mundo del vino, diseñaron y desarrollaron una empresa que, en Canarias, pudiera ofrecer a su exigente clientela un amplio catálogo de vinos procedentes de los más importantes países productores, elaboradores y embotelladores de vinos del mundo, fundamentalmente España y, por supuesto, de las Islas Canarias.

Esta inquietud y profesionalidad hace que los profesionales que conforman el equipo humano de El Gusto por el Vino estén permanentemente viajando a bodegas, ferias, concursos, catas, congresos, exposiciones y eventos de todo tipo relacionados con el mundo del vino, por España y por todo el mundo.

Con esa inquietud, un permanente cuidado en el plano de la formación y el reciclaje de conocimientos, así como un constante trabajo profesional, han forjado la evolución de El Gusto por el Vino y han convertido la empresa como ejemplo en el sector, tanto a nivel regional como nacional.

La Laguna Gran Hotel

En este hotel se ha intentado poner en relieve la huella que la historia fue dejando en él. Hubo un tiempo en que los molinos de grano en esta ciudad giraban con la fuerza de los arroyos de las montañas cercanas de Anaga. Molían el grano que dio el nombre original a La Calle del Agua, junto a la plaza del Adelantado, frente al Palacio de Nava y Grimón donde probablemente usted se encuentra ahora.

En ese edificio que dio a la calle su segundo nombre se reunían (medio a escondidas) de forma clandestina, los tertulianos ilustrados de Nava, quienes se hacían llamar “Los Caballeritos” a contrastar el diario político de una isla aún a medio gobernar con los ideales de Rousseau y Voltaire, proscritos por el Santo Oficio. El señor de esta casa, D. Fernando de la Guerra y del Hoyo Solórzano junto a José De Viera y Clavijo y otros ilustres de su tiempo, debatían el destino de su historia y de la historia al tiempo que la construían desde sus posiciones de privilegio.

Luego fue esta casa escuela de magisterio y fábrica de tabacos hasta convertirse hoy en hotel. Unen el camino de los tres últimos propietarios del edificio uno de los rasgos más genuinos de la identidad canaria, el hecho de ser emigrantes o hijos de emigrantes a América procedentes de las islas menores de La Palma y El Hierro. Cuando el transporte era el viento, los canarios cruzaron con los alisios el océano en lugar de buscar futuro en las capitales europeas.

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