Es interesante saber que la forma de utilizarla, los tamaños y la manera de colocarla sobre la mesa han cambiado a lo largo de su historia, provocado en parte por la aparición de los cubiertos y la evolución del comportamiento en la mesa.
En la época del Imperio Romano, los invitados llevaban sus propias servilletas; ya a finales del siglo XV eran entregadas por los anfitriones a sus invitados a medida que iban llegando. En ambos casos su uso no se limitaba sólo a limpiarse las manos, con las que se comían los alimentos por aquellos días, sino que también servía para llevar la comida que sobraba para la casa a modo de morral.
La costumbre de colocar servilletas sobre la mesa fue anterior a la aparición de los cubiertos. Con el surgimiento del tenedor, en el siglo XVII, se siguió usando la servilleta pues los menús eran muy variados y no se consideraba de mala educación coger los huesos con las manos. A medida que el empleo de los cubiertos se hizo más común, el uso de la servilleta se limitó a la limpieza de la boca antes y después de beber y cuando sea necesario.
Como antecesor de la actual servilleta, tal vez se podría hablar del touaille, especie de toalla de más de 3 metros que colgaba de la pared del comedor.
Como la conocemos hoy, aunque de mayor tamaño, se popularizó a partir del siglo XVI, si bien en aquel momento se doblaban con formas ¨artísticas¨; tradición que permaneció por 2 siglos y fue totalmente descartada en las mesas elegantes desde hace mucho tiempo. Doblarlas o colocarlas dentro de las copas queda relegado a reuniones muy informales o familiares, por dos motivos: la servilleta no es un adorno y es poco higiénico el manoseo necesario para plegarlas. Aros a modo de servilleteros son permitidos en reuniones poco formales. Cuanto más elegante el evento más sencillo será el doblaje, en rectángulo o triángulo son los más comunes.
Los materiales fueron variando desde el damasco de seda, el de lino, el algodón y hasta el papel para ocasiones muy informales, vinos de honor, cocktails o cualquier evento en el que estemos de pie.
Hace tiempo los juegos de mantelería tenían la mitad de las servilletas de color rojo, sin interesar la tonalidad del conjunto, para ser utilizadas por las damas y evitar que se marcaran con el lápiz labial.
En la actualidad existen servilletas para almuerzos de mayor tamaño, más pequeñas para la hora del té y las de cocktail también utilizadas cuando alguien nos pide un refresco o un vaso de agua…
Jesús Hernández Arteaga
Técnico Superior en Restauración
Profesor de Servicios de Restauración en el IES Jandía, Fuerteventura. Profesor Técnico de Formación Profesional, Consejería de Educación del Gobierno de Canarias.