La asociación Productores de Queso del Noroeste (Proquenor) espera que el Gobierno de Canarias le autorice a asumir la gestión de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Queso Flor de Guía para evitar su desaparición. De la docena de queserías inscritas al nacer apenas quedan cuatro
Las queserías artesanales de los municipios de Guía, Gáldar y Moya temen que la Denominación de Origen Queso Flor de Guía, Media Flor de Guía y Queso de Guía que tanto les costó crear acabe extinguiéndose a corto plazo debido a la falta de promoción, los excesivos controles a los que se ven sometidos los productores que siguen inscritos en este sello de calidad y la falta de beneficios que conlleva, en la práctica, continuar dentro de la misma.
Así lo afirma el presidente de Proquenor, José Mendoza, propietario junto a su esposa, Ana María Vega, de una de las cuatro queserías que se mantienen en la DOP de la docena que llegaron a estar inscritas poco después de su creación. Proquenor, explican, lleva meses esperando que el Gobierno canario les autorice a gestionarla mientras observa cómo se van borrando la mayoría de socios.
«Después de pasar un montón de análisis de la leche y del queso y de tener que hacer un montón de papeleo nuestros quesos se venden igual o peor que los que no tienen la etiqueta» oficial de la Denomiación de Origen , lamenta José Mendoza, conocido como Pepe el de Pavón, uno de los pocos pastores de la Isla que todavía lleva a cabo la trashumancia.
«Si no hay más promoción de la denominación de origen y si estar dentro no deja alguna ganancia esto no tardará en morirse», opina el presidente de Proquenor, entidad que responsabiliza al Gobierno canario de la situación actual.
«En vez de apuntarse, la gente se borra porque no da ningún beneficio y sí más trabajo«, comenta Ana María Vega a modo de resumen del sentir de los productores de queso de flor, de media flor y de Guía de la comarca Noroeste.
«Siento impotencia. Todo son tropiezos, problemas y dificultades«, agrega sobre la única denominación de origen protegida de los quesos de la Isla, y una de las tres que hay en el Archipiélago, que no tiene consejo regulador ni sede propia. «Arrastramos el alma por el suelo«, mantiene.
Las manos expertas de Ana María Vega, autoras de los quesos 100% de oveja canaria del Cortijo de Pavón, solo pueden amasar unidades que pesen más de dos kilos y menos de cuatro si quiere ponerle la etiqueta de la Denominación de Origen Protegida Queso Flor de Guía, Media Flor de Guía, Queso de Guía. Es el único formato, en cuestión de peso, que autoriza hoy el reglamento de la denominación y otra de las limitaciones que están dificultando la salida comercial de unos productos de tres categorías que, por su elevada calidad, no dejan de ganar premios en catas y concursos de quesos, a nivel internacional, nacional, regional e insular.
Los productores de las tres categorías de queso artesanal que están incluidas en la Denominación de Origen Protegida Queso Flor de Guía, Media Flor de Guía, Queso de Guía son también, en la mayoría de casos, los últimos practicantes de la trashumancia del ganado en la Isla y de un modelo de economía familiar venido a menos y con dificultades de relevo generacional.
Con un reparto de tareas muy marcado, ellos ejercen como pastores y dos veces al año conducen a sus rebaños a pastos de otras comarcas de la Isla. Pepe el de Pavón acaba de regresar a los altos de Guía después de cuatro meses de invierno en el entorno de la presa de Las Niñas y en julio llevará a su ganado a pasar el verano en la zona de La Umbría, en las cumbres del municipio de Tejeda.
Ellas son las encargadas de fabricar el queso, entre otras muchas tareas. Su trabajo es interminable. Todos los quesos amparados por la denominación son grasos o semigrasos y se clasifican, según el grado de maduración, en semicurados, si el proceso de maduración del producto dura de 15 a 60 días, y curados, si es superior a los dos meses.