El Gobierno de Canarias seguirá el ejemplo del catalán y creará un impuesto que gravará las bebidas azucaradas y también la bollería industrial. Lo hará el próximo año, en el marco de la reforma fiscal que quiere presentar al Parlamento regional, según ha anunciado la consejera de Hacienda de esta Comunidad, Rosa Dávila.

Canarias estudia la posibilidad de aumentar los impuestos sobre las bebidas azucaradas y la bollería industrial, que repercutirá principalmente en su precio de venta al público. Este incremento se debe al consumo excesivo que existe en el archipiélago de estos alimentos. El tipo de bebidas que se verán afectadas abarcan los refrescos y sodas, zumos de frutas, las energéticas y deportivas, las aguas con sabores y las leches endulzadas, los batidos o los jugos de zumo de fruta y leche y también las bebidas de té y café.

Rosa Dávila, consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias, ha justificado la medida por cuestiones de salud, con el fin de limitar los elevados niveles de obesidad y sobrepeso, problemas que afectan casi a la mitad de la población del archipiélago. La consejera ha subrayado que  el objetivo es fomentar una cultura de alimentación más saludable.

Dávila descarta que el nuevo gravamen vaya a tener un carácter recaudatorio. «Es un impuesto con un fin disuasorio para desincentivar estos productos que fomentan la obesidad y favorecer el consumo de alternativas más saludables«. La consejera de Hacienda canaria lo justifica con datos. Explica que cuatro de cada diez canarios mayores de 18 años padecen sobrepeso u obesidad. Y entre los menores de edad, el 10,6% de los niños y jóvenes tiene obesidad. Un problema que desencadena enfermedades como la diabetes u otras enfermedades coronarias, abunda Dávila, que añade que el impuesto también gravará otros alimentos con alto contenido en azúcar y grasas como la bollería industrial.

Aunque la medida se incluirá en la citada reforma fiscal, el Gobierno autonómico no descarta adelantarla si considerara urgente la entrada en vigor de la disposición.

En Cataluña, el secretario de Hacienda, Lluis Salvadó, ha señalado que el impuesto aprobado en esta Comunidad para gravar las bebidas azucaradas podría ampliarse también a otros productos con exceso de grasa y de azúcar.

El resto de comunidades no se plantea un tributo de estas características. En unos casos, porque creen que perjudicaría su economía regional y en otros, porque va en contra de su proyecto político. La mayoría, con independencia de las siglas del partido que gobierne, lo rechaza porque cree que no es el momento cuando está previsto aprobar este año la reforma del sistema de financiación, que previsiblemente incluirá una reforma del sistema tributario regional.

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