España es el primer país en superficie vitícola del mundo y tercer productor mundial del vino. No obstante, su consumo en el mercado interno se ha venido reduciendo en los últimos años, pasando a ser el país con el menor consumo per cápita, muy por debajo de otros países de su entorno, productores o no, como Francia e Italia.
Esta situación preocupa en el sector, tal y como se ha destacado durante la celebración de la «Jornada Interprofesional del Vino de España: retos y oportunidades», durante la cual se avanzaron algunos resultados del “Estudio estratégico sobre la recuperación del consumo del vino en España”, que está desarrollando esta entidad con el fin de orientar su estrategia en el futuro de cara a lograr una recuperación del consumo en el mercado interno.
Nicolás Horovitz, de BMC Strategic Innovation, fue el encargado de adelantar estos resultados, destacando como prioridad la necesidad de “asegurar el relevo generacional, ya que el aprendizaje de su consumo por parte de los jóvenes asegura su entrada en el mundo del vino y su consumo en el futuro”.
El problema, explicó Horovitz, es que tenemos un consumidor envejecido. En concreto, en España el 32% de los consumidores de vino son mayores de 50 años y representan el 53% del consumo total en el mercado interno. Y lo peor es q el recambio no está asegurado.
Así, destacó que “los consumidores de ente 28 y 40 años consumen vino sólo en ocasiones festivas o muy especiales solo porque la ocasión lo merece pero no lo disfrutan del todo ni les resulta aspiracional”. Hacia ellos hay que dirigir las acciones y estrategias de marketing necesarias para lograr que pasen de ser consumidores esporádicos a consumidores frecuentes. “Por ello, debemos rejuvenecer la imagen del vino y construir la percepción de un vino disfrutable y accesible apto para ocasiones más cotidianas”, explica el responsable del estudio.
Por otro lado, Horovitz destacó que el informe revela que “hemos pasado de un vino alimento a un vino ornamento que ya no está presente en la comida diaria como ocurría hace unos años. Por un lado, es un producto percibido como de calidad pero lejano. Mientras que, a la vez, el vino cotidiano ha perdido su dignidad”.
A este respecto, el presidente de la Interprofesional del Vino, Ángel Villafranca, ha asegurado que “para que el vino recupere el lugar que le corresponde en nuestra mesa, todo el sector debe remar en la misma dirección, y una Interprofesional fuerte y unida es clave para lograrlo”.