Los resultados del estudio FoodISDIgital, realizado por IPSOS para ISDI (Instituto Superior para el Desarrollo de Internet), muestran una gran naturalidad en la convivencia e interactuación de los canales on y offline, que los clientes -de mayoría femenina- utilizan según sus preferencias aunque con significativas diferencias entre los distintos segmentos: reserva de restaurantes, petición de comida a domicilio y compra de alimentación.
En el apartado de la reserva de restaurantes destaca que el usuario sale a comer o cenar con una alta frecuencia y apenas muestra diferencias en sus hábitos por la edad. Con un gasto medio de 42 euros, la mujer domina este capítulo; los usuarios del tramo de edad mayor son los que gastan un poco más, pero también mantienen una frecuencia de salidas menor: de entre una y dos bimestrales frente a una mayoría del 61% que va, al menos, una vez a la semana. Dentro de este grupo, un 25% come fuera entre dos y cuatro veces semanales.
En el 55% de los casos los usuarios no realizan una reserva cuando acuden a un restaurante y reparten la visita a sitios conocidos y nuevos en porcentajes del 67% y el 33% respectivamente. Los heavy users son los que más buscan establecimientos con estrella Michelin o chefs de prestigio y también los más deseosos de conocer sitios de moda. Las recomendaciones de amigos tienen un peso decisivo en la elección de establecimientos y a los consumidores también les gusta valorar su experiencia.
Asimismo, el porcentaje que decide compartir públicamente su valoración sobre los establecimientos que visita es muy elevado, un 49%. Y básicamente la comparte en los agregadores como Tripadvisor (el 64%), redes sociales (el 47%) y en las webs de reservas (35%).
El dispositivo dominante para la reserva es el móvil para la mitad de ellos, seguido de cerca por el ordenador (44%). Las gestiones se suelen realizar, básicamente, desde casa (65%). Un dato muy curioso que desvela el estudio es que un 70% de las reservas online se producen sobre menú cerrado y un 14% de los usuarios incluso paga por adelantado.
En el terreno de la comida a domicilio el heavy user es más activo y dominante: algunos de ellos hacen pedidos todos los días o, al menos, dos veces por semana. El ticket medio es elevado, 22 euros, donde es habitual la suma de bebidas, postres y alguna vianda inesperada (83%) y tres de cada cuatro personas terminan consumiendo más de lo que tenía pensado. Además, el 69% de los consumidores tiene perfil de usuario en sus sitios favoritos.
El tipo de cocina (44%) y el precio (24%) son las principales motivaciones a la hora de elegir, mientras que el tiempo de entrega del pedido no tiene una relevancia decisiva (10%) en la compra.
Entre las fuentes de información de los usuarios de comida a domicilio domina claramente Internet (74%), frente al 54% de la recomendación directa. El clásico buzoneo mantiene su eficacia para un 49% de los ciudadanos mientras que las redes sociales inciden en los más jóvenes. El móvil y el ordenador (50% y 44% respectivamente) son los dispositivos empleados para los pedidos online. El 48% de los usuarios utiliza además alguna app (más habitual entre jóvenes y heavy users).
El hogar es claramente el principal lugar de origen (86%) y de destino (94%) de estos pedidos, si bien cerca de un tercio realizan pedidos “on the go”. Un 20% de los usuarios utiliza este servicio desde y para el lugar de trabajo.
El 72% de los usuarios pagan la comida a domicilio se realiza en efectivo frente a un 66% que paga con tarjeta. Entre este grupo, la mayoría se decanta por el pago online (55%); los heavy users marcan la pauta en este apartado y suben la media, ya que eligen el pago digital en un 70%. La publicidad mantiene su influencia como detonante del consumo: un 68% de los usuarios afirma haber realizado pedidos tras ver un anuncio.