El Programa Mundial de Alimentos ha invitado a cinco chefs europeos a vivir una experiencia única en Etiopía como parte de la labor humanitaria que la agencia especializada de la ONU lleva realizando desde hace años en la zona. El objetivo de la expedición ha sido conocer de primera mano cómo cocinan las familias locales y convivir juntos en la misma mesa para compartir recetas y costumbres internacionales. De esta forma, han podido descubrir cómo la comida no solo representa para ellos un sustento para la vida, sino que va mucho más allá y contribuye al desarrollo de las civilizaciones y a la integración de las personas en la sociedad.

Esta acción, desarrollada entre el 6 y el 13 de febrero como parte de la campaña “What Food Means”, ha sido posible gracias a la ayuda humanitaria de la Comisión Europea y ha contado con la chef española Clara Pérez Villalón como embajadora en representación de nuestro país. Durante este tiempo, la participante de la primera edición de Master Chef ha tenido la oportunidad de visitar diferentes regiones rurales del país, todas ellas fuertemente afectadas por la sequía que padece la zona desde 2015 como consecuencia del fenómeno meteorológico El Niño.

Nada más aterrizar en España, la propia Clara comentó que “Cocinar en casa de la familia de Redae [una de las familias afectadas por la sequía], con su mujer y sus hijas, fue una experiencia maravillosa. No hay nada comparado con lo que nosotros conocemos en Europa o en España. Allí al final no hay un sitio donde lavarse las manos, pero eso no importa. Ellos lo tienen todo totalmente pensado.” Clara pudo convivir con familias como las de Redae, Nigisti o Tekay, todas ellas afectadas por la sequía. Sobre el momento en que se pusieron a cocinar, la chef española recuerda que “fue maravilloso cómo de repente conectamos todos. Hubo un pequeño momento de timidez, pero se pasó en cuanto nos pusimos a cocinar. No hacía falta que hablásemos el mismo idioma para saber lo que estábamos diciendo cada uno”.

De igual forma, en relación a las más de siete millones de personas que reciben apoyo humanitario al mes en esta región africana, la cocinera madrileña expresó que “al final, la comida significa una ayuda para el futuro, una mejora, que sus hijos puedan ir al colegio y que la esperanza de vida sea mucho mayor.” Y añade: “Me quedo con la gratitud enorme que tienen hacia el Programa Mundial de Alimentos y hacia la Unión Europea y la ayuda humanitaria porque, realmente, lo que ellos nos transmitieron es que sin toda esa ayuda no podrían estar donde están. Se dan cuenta perfectamente y yo eso lo he sentido en sus abrazos,en la forma que tenían de mirarnos, de tocarnos y de acogernos con ellos. Al final la gente que menos tiene es la que más da.”

Junto con la integrante española, también han formado parte de la experiencia Simone Rugiati (Italia), Frank Fol (Bélgica), Mikkel Karstad (Dinamarca) y Anna Starmach (Polonia) como representantes de sus respectivos países.

El Programa Mundial de Alimentos es la mayor agencia humanitaria que lucha contra el hambre en el mundo, proporcionando asistencia alimentaria en emergencias y trabajando con las comunidades para mejorar la nutrición y aumentar la resiliencia. Cada año, el PMA brinda asistencia a unas 80 millones de personas en 80 países.

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