¿Por qué lo llamamos fresa cuando en realidad es un fresón?

Pese a que su uso está completamente aceptado, lo cierto es que el fruto que encontramos el 99% de las veces en el mercado es el fresón. Aunque la fresa y el fresón son frutas hermanas, la realidad es que son muy distintas, así pues, ¿cómo distinguirlas? Te damos cinco pistas que te harán disipar todas tus dudas.

  1. El tamaño importa. La fresa tiene apenas el tamaño de la uña del dedo pulgar y su interior es blanquecino. El fresón, en cambio, es más grande y por dentro es de un color más rojizo.
  2. Sabor intenso. En cuanto al sabor, la fresa es mucho más intensa y algo ácida; el fresón, en cambio, tiene un gusto algo más suave que, según las variedades, pude ser hasta dulzón.
  3. Fresones todo el año. Las fresas silvestres solo se dan en primavera, que es la época propicia para su recolección. Sin embargo, podemos encontrar fresones todo el año. La constante innovación que existe en torno a esta fruta ha posibilitado conseguir variedades cada vez más tempranas para abastecer a un mercado ávido de fresones todo el año.
  4. Fresones por el mundo. España es el tercer productor del mundo de fresones, después de EEUU y China, pero el primer exportador. El 85% de la producción española acaba en Francia, Alemania y otros países europeos. Si ves esta fruta en estos países, es muy probable que su origen sea español. Y si ha llegado hasta allí es porque se trata de fresones y no de fresas. La fresa es un fruto muy sensible, lo que su transporte resulta muy delicado. Por el contrario, los fresones, al ser más grandes y firmes, resisten mejor el transporte, siempre y cuando esté convenientemente embalados y refrigerados.
  5. La fresa es una especie silvestre que desde siempre ha crecido espontáneamente en los bosques europeos y que posteriormente se ha cultivado en huertas y jardines.El fresón es un híbrido desarrollado por los botánicos en el siglo XVIII por medio del cruce de varias especies
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