Esta frase que aparece en el conocido libro de Alejandro Dumas “Los Tres Mosqueteros” y que simbolizaba el juramento de los mosqueteros al Rey de Francia, así como su grito de guerra, bien podría ser también en los tiempos actuales el eslogan de la promoción de España, de sus diferentes comunidades autónomas, diputaciones provinciales, cabildos insulares y de los municipios turísticos.

En tiempos de globalización parece innecesario e ineficaz el volver a tiempos pasados donde se argumentaba la singularidad como motivo para “ir por libre” en las promociones turísticas. Cuando lo que realmente se quería decir era que la motivación era “la política del hacerse notar” y el conseguir una “foto” en los medios locales. Esto ha sido tónica generalizada y en muchos casos lo sigue siendo, y algunos municipios se están planteando retomarlo. A veces no se entiende que la promoción debe ser profesional, siguiendo los parámetros de eficiencia y eficacia, y no improvisada o errática.

Pero en clave positiva vayamos de lo general a lo concreto. La marca España es sin dudas un paraguas para todos los destinos que lo conforman. Es cierto que en según qué mercados la imagen de cada uno de los destinos es mejor o más conocida que la propia marca España, pero no deja de sumar. Además, también para según que mercados ayuda a ponernos en el mapa. Sobre todo, para los potenciales mercados asiáticos. China, Japón, India, son destinos de interés para la marca España para Madrid, Barcelona, Sevilla o Salamanca. Quizás no tanto para Mallorca, Fuerteventura o Tenerife. ¿Alguien se le pude ocurrir hacer una promoción en estos mercados sin el apoyo de la marca España? Desde luego no si se basa en criterios profesionales. Pero no lo sé si se justifica bajo otros parámetros que buscan otras cosas.

Pero algo que no se puede obviar por el Estado es que las competencias en materia de turismo están en manos de las comunidades autónomas. La marca España se debe conformar por la suma de los puntos fuertes de todas sus zonas turísticas, al menos las de mayor número de visitantes, pero incluyendo también esa amplia diversidad que tienen otras zonas menos turísticas, huyendo de tópicos y mostrando la nueva realidad turística.

Dentro de las comunidades existen distintas velocidades, y no me refiero en el ámbito competencial amplio, sino a la hora de entender la promoción turística. Afortunadamente aquí también van cambiando las cosas, se deben buscar criterios y objetivos dejando de lado “el caprichoso soplar del viento”, evitando tomar decisiones de corto recorrido y poco o ningún sentido de utilidad promocional. Pero todavía queda mucho por hacer, no nos engañemos, ni nos hagamos trampas al solitario.

Cabildos Insulares y Diputaciones, también participan en la promoción turística, en algunos casos junto a la comunidad otras por su cuenta. Dos factores a destacar; la existencia o no de sintonía política para plantear una estrategia conjunta y el peso propio que como marca puedan tener como ocurre por ejemplo con los destinos insulares.

Finalmente, llegamos al ámbito municipal. Los ayuntamientos son parte fundamental, en ellos es donde se desarrolla propiamente la actividad turística. ¿Deben ellos hacer también la promoción? ¿O deben centrar sus escasos recursos en mejorar el destino en sí mismo? Tener un entorno amable para el turista (y para el residente) sí que es claramente su competencia y desde luego tiene más incidencia en la fidelización del turista que una campaña de promoción de dudoso resultado.

Creo firmemente en la suma de iniciativas y en la optimización de los siempre muy escasos recursos que todos los gobiernos del ámbito que sea destinan realmente al sector turístico. Es la única forma de poder competir con otros destinos en otros países con más medios en la mayoría de los casos que nosotros. Por eso debemos, en mi opinión, hacer del grito de guerra de los mosqueteros el eslogan que marque las actuaciones turísticas en los próximos años, ¡uno para todos! … ¡y todos para uno!

Ricardo Fernández de La Puente

Ricardo Fernández de La Puente

Consejero Corporativo en Gowaii Corp.

Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, cuenta con una amplia experiencia en el sector turístico tanto en el ámbito privado como en la gestión pública desde el Gobierno de Canarias donde ha sido hasta la pasada Legislatura Viceconsejero de Turismo. Ha estado ligado en la última década a cargos institucionales empresariales como la CEOE- Tenerife, la Confederación Española de Hoteles y Establecimientos Turísticos CEHAT o el Consejo Económico y Social de Canarias.

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