A partir del 13 de diciembre será obligatorio incluir cierta “información nutricional” en el etiquetado de los alimentos, entendiéndose por “nutricional” valores energéticos, grasas, azúcares y proteínas. No será obligatorio para alimentos sin envasar o para aquellos directamente suministrados por el fabricante en pequeñas cantidades al consumidor final o a establecimientos minoristas locales que abastecen directamente al consumidor final.
Aunque las queserías artesanas y de campo venden buena parte de la producción directamente al consumidor, también es común la comercialización en pequeñas tiendas que no siempre están ubicadas localmente, o también en medianas o grandes superficies o incluso muchos artesanos venden parte de la producción a través de intermediarios. El modo de venta no es y no debe ser el que caracterice al artesano, sino su modo de producir.
Para los queseros artesanos no es factible conocer en todo momento y realmente la información nutricional. Un queso artesano evoluciona día a día y sus propiedades con él. Nuestras cabras, vacas y ovejas tampoco saben producir leche de manera homogénea a lo largo de toda la lactación y los cambios de alimentación también influyen en los valores de grasa, proteínas y otros componentes. La leche por tanto también está sometida a cambios constantes. Para dar información fidedigna, habría que hacer analíticas con una alta frecuencia, pudiendo llegar a ser diaria, lo cual es económicamente inasumible para pequeñas queserías.
Tampoco los criterios definidos como nutricionales por el reglamento, son generalmente los buscados por nuestros clientes, que suelen basar su elección de compra en otros criterios como son los organolépticos, sociales y de modo de producción. La “información nutricional” definida en el reglamento suele interesar a consumidores de alimentos procesados de carácter más industrial.
Queremos que los consumidores tengan la mayor información posible y que sea veraz, y precisamente somos los pequeños productores los que podemos dar mayor y mejor información sobre nuestros productos, incluso a título personal cuando se trata de venta directa, pero dada nuestra forma artesanal de producir, no es posible dar “información nutricional” reglamentaria válida.