Somos un país que tenemos poca o ninguna confianza en nuestros propios méritos y aciertos, y esto se repite una y otra vez. Esta semana se hacía público un informe elaborado por BBVA Research cuyo titular podría ser “España, un país turístico de prestado” o como realmente dice el informe “Afectan las tensiones geopolíticas en mercados competidores al turismo español”.

España cerrara casi con toda seguridad este año con un nuevo record de 72 millones de turistas y esto tiene distintas causas. Una de ellas, el mercado ha crecido, como ya dijo durante la Primavera Árabe de 2011 la Organización Mundial del Turismo. La mejora de las economías y del nivel de vida en distintas regiones hace que la aspiración a viajar por ocio aumente significativamente. Es decir, el total de personas que viajan aumenta y por tanto los incrementos del turismo en nuestro país y en algunas zonas como Canarias, Baleares o Cataluña no guardan relación directa con las situaciones externas en otros destinos. Pero si es cierto que tienen alguna relevancia.

El informe del BBVA Research señala precisamente como la primera de las causas del crecimiento español la clara tendencia positiva del turismo internacional que desde 2010 ha crecido a tasas superiores al 4% por encima de la media histórica. Es decir, más gente viaja.

Otro factor significativo ha sido nuestra relación calidad-precio o como lo define el informe, “la economía española ha experimentado una importante ganancia de competitividad-precio como consecuencia de la depreciación del euro, las reformas implementadas y las menores tasas de inflación”. Esto viene a significar que el sector turístico tiene una mayor capacidad de adaptación a las circunstancias que otros sectores productivos.

También la mejora de los índices de seguridad ciudadana tiene su relevancia. El argumento de la seguridad es uno que a mi particularmente no me gusta mencionar o resaltar, ya que eso puede cambiar en cualquier momento y sin previo aviso. Pero si es cierto que los estándares europeos en todos los sentidos juegan a favor del destino y trasmiten, en conjunto, ese elemento tan necesario para el desarrollo turístico como es la seguridad global. Es precisamente este factor lo que está haciendo que destinos competidores como Egipto o Túnez, y más recientemente Turquía estén sufriendo sus consecuencias. Pero también que Francia, con los últimos atentados, haya sufrido la caída en sus visitantes.

Ante este panorama se nos plantean varios caminos a seguir. El pensar que todo es mérito nuestro y no hacer nada, con lo que en un corto/medio plazo perderemos parte del turismo que hemos ganado estos años. O, por el contrario, intentar dar lo mejor del destino para fidelizar a los turistas “prestados” y que no nos habrían elegido como primera opción. No tengo duda que todos elegimos la segunda, máxime cuando nunca es grato el sabor del éxito por las desgracias ajenas. Creo sinceramente que España en su conjunto, y particularmente cada una de sus zonas turísticas, pueden competir con argumentos suficientes para defender unos resultados turísticos satisfactorios sin necesidad de apoyarse en las desgracias ajenas.

Las formulas son conocidas y repetidas una y otra vez para intentar fidelizar a los turistas “prestados”. Aumentar la diversificación, reducir la estacionalidad, mejorar la competitividad, mejora de la formación… Argumentos marcados a fuego y que se repiten en todos los ámbitos, tanto políticos como empresariales. Modestamente yo creo que lo que tenemos que hacer se podría resumir en una frase, “escuchar al cliente y darle aquello que demanda”.

Debemos tener mas confianza en nuestras fortalezas. Sí, es cierto, tenemos turistas “prestados” de destinos competidores, pero son turistas a convencer para que sigan viendo cuando, en algún momento, el mundo y nuestro entorno recuperen la tranquilidad necesaria y deseable.

Ricardo Fernández de La Puente

Ricardo Fernández de La Puente

Consejero Corporativo en Gowaii Corp.

Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, cuenta con una amplia experiencia en el sector turístico tanto en el ámbito privado como en la gestión pública desde el Gobierno de Canarias donde ha sido hasta la pasada Legislatura Viceconsejero de Turismo. Ha estado ligado en la última década a cargos institucionales empresariales como la CEOE- Tenerife, la Confederación Española de Hoteles y Establecimientos Turísticos CEHAT o el Consejo Económico y Social de Canarias.

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