De cebollas o la inigualable diversidad de Tenerife.

La superficie cultivada de cebollas en Tenerife ronda las 120 hectáreas, con una producción de unas 3.000 toneladas -autoabastecimiento inferior al 35%-.

En la Isla se producen variedades comerciales de la hortaliza y una pequeña parte de locales o tradicionales. Aunque ya no se exportan, sí existe un pequeño comercio entre el Archipiélago. Cabe destacar que las papas antiguas, la miel, el queso de granja, la carne fresca de conejo o el gofio son géneros que cuentan con el reconocimiento “Tenerife Rural”.

Hay que garantizar que esta materia prima local se ciña a unos estándares de calidad óptimos para su comercialización y una seña de identidad que los hace fácilmente reconocibles por el consumidor”, comenta Domingo Ríos, jefe del Servicio Técnico del Área de Agricultura de la Corporación insular.

Debido a las condiciones ambientales, en distintas zonas tinerfeñas se pueden extraer cebollas desde los primeros meses del año hasta finales de verano, aunque cada variedad tiene una época óptima y conocerla en profundidad es indispensable para rentabilizar la inversión.

Cuatro iconos

Catalina Tascón, ingeniera agrónoma, detalla que “se acogen a Tenerife Rural las cebollas producidas en Tenerife de las variedades Guayonje, Los Carrizales (alto y bajo), Masca y San Juan de La Rambla”, con suficiente “abolengo” entre los consumidores y elogiada por los chefs. El juego culinario que dan en distintas opciones en los fogones las convierten en géneros muy valorados por los uniformados de blanco.

La marca Tenerife Rural forma parte del conjunto de actuaciones llevadas a cabo desde el Cabildo de Tenerife para la valorización de los productos agroalimentarios, así como para la defensa de la biodiversidad agrícola, ganadera y desarrollo rural.

Se establece un régimen voluntario que permite a los productores o transformadores del campo tinerfeño dar a conocer la calidad diferenciada de sus productos y ofrece a los consumidores la garantía de las características específicas tradicionales avaladas mediante los controles adecuados.

Cabe destacar que el consumidor podrá adquirir con este sello de garantía las variedades citadas, que pueden competir perfectamente con la diversidad comercial, ya que poseen una contrastada calidad organoléptica.

Aquellos tiempos

La cebolla, originaria de Asia central, debió introducirse en Canarias después de la Conquista ya que no se han encontrado referencias de la época prehispánica. Su cultivo experimentó un gran auge en Tenerife entre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX debido a la producción de semillas para su exportación a América de las variedades Bermuda (blanca, amarilla y roja) y Cristal Wax; se siguen cultivando en la Isla de modo similar.

En la actualidad tenemos que diferenciarnos para poder competir con todo lo foráneo y, de esta forma, no sólo propiciar la conservación de lo autóctono sino darles el lustre para que, además de iconos, tengan la pretendida viabilidad comercial.

Guayonge, “apellido” ilustre

Género que ha conquistado un lugar preferente entre el producto del terruño canario, con alto contenido en sodio y magnesio y los científicos dan este dato: la zona tacorontera que aporta esa misma denominación, Guayonge, puede alterar en positivo sus principales características organolépticas. Muy apreciada por los restauradores canarios para platos de cocina tradicional y de diseño, el secreto es dulzor y característico picor. Color rojo-púrpura con 3 ó 4 centros en el interior y con forma globosa («achatada«) o turbinaza («apirulada«). En verano se puede encontrar en estado óptimo (mayo a julio) y se debe conservar en lugar seco y condiciones adecuadas, pues así puede durar de dos a tres meses más; también en una época pueden hallar el cebollino, ideal para ensaladas y ¡mermeladas!

Es una hortaliza “reventona” de minerales y oligoelementos como el calcio, magnesio, cloro, cobalto, hierro, potasio y contiene cuantiosas cantidades de vitaminas A, B, C y E. En la composición el agua alcanza un 91%, un 7% de glúcidos y un 1% de proteínas.

La cebolla tradicional de Tenerife, una hortaliza desconocida. Las variedades de Guayonje, Masca y Los Carrizales conforman un interesante tesoro culinario a proteger.

 

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