Claro que sí, “una u dos”, lo importante es la reunión alrededor de dicho zumo de cebada, fresquito y mejor no tomar la primera con sed porque puede caer un número considerable de ellas, tampoco es un sacrificio, dicho sea de paso.
Es como el misterio de beber y beber sin necesidad de visitar el baño pero basta que vayas la primera vez , que cada cuarto de hora, bebiendo o no, tienes que repetir, eso sí, a gusto, interpretándolo como cosas de la vida. Como dicen nuestros mayores: “No hay tu tía”.
Llega el verano, el calor y la bebida estrella, la cerveza. También conocida con el nombre de Cervecita, Cañita, Birrita o Garimbita. Refrescante, riquísima y si te la tomas en vaso frío, sin comentario, no hay palabras que describan tanto placer, cuántas propiedades estamos consumiendo. La posición del que la toma es fundamental para saber el estado del individuo. Si está de pie con vaso a la altura del pecho, no hay problema pero como esté a la altura de la cintura, atención, está a punto de exclamar: “ ¡Una cañita, ahí!”.
Y claro, hay que hacerle el gusto, poniendo una rondita. Los de la cofradía del puño cerrado, mejor que paguen las primeras rondas, son más baratas al haber menos en la reunión pero más tarde la cosa se complica y te puedes llevar un susto, incluso llegar a entonar aquello de: “Apúntamela, que mañana te la pago”.
La voz de la experiencia dice que para beber, hay que comer y el que no siga este principio, que se prepare. Una cervecita pega con casi todo, con unos tomatitos aliñados, unos boqueroncitos en vinagre, unas aceitunas, en Sevilla olivas y ¡que viva er Betis!, incluso con un surtido de millitos o aperitivos salados, con la finalidad de que bebas más. Después pasamos a la cocina y claro donde se ponga un pollito a la cerveza, rubia o negra, así como la preparación del rebozado de churritos y coliflor,” que te quiten lo bailao”, simplemente están de muerte.
Y finalmente, muchos pensamos lo mismo y es que si existe un premio reconocido por una serie de factores para algo que aporte felicidad a todo el mundo, protagonista en cualquier reunión y la su vez la llave para presentarte con éxito en cualquier celebración, es la Cerveza y después, el colchón.
¡Ole, ole y ole!
Bernardo Lozano Acuña
Escritor
Escritor, Conferenciante y Columnista de La Opinión de Tenerife