Hay que ver lo importante que son las papas en nuestras vidas.
Algunos son verdaderos seguidores de las mismas, buscándolas en cualquier rincón. Existen muchas variedades de papas, aquí y fuera , concretamente en Sudamérica donde conocidos cocineros profesionales no dudan en expresar su admiración por lo que ven. Se busca también el sabor, que hace las delicias de más de uno.
Muchas preguntas, por ejemplo, cómo teniendo papas en nuestra tierra, cocinamos con las de fuera. Hay quién dice que la papa fue una de las cosas que trajo Colón, destacando que en Canarias pueda haber mayor cantidad por ser punto estratégico de comunicaciones, quizás esta sea la razón. Por el contrario al haber tanto movimiento de papa, por qué son la mayoría de las veces, tan caras.
Encontramos las papas hervidas conocidas por los ingleses como Boiled, optando muchas veces por pelarlas e introducirlas en botes de cristal para comercializarlas. En Canarias nos quedamos con las tradicionales papas arrugadas, con piel, guisadas y reposaditas en sal en el fondo del caldero donde se cocinaron. Seguimos reconociendo el negocio turístico que supone este tipo de papas junto con los mojos, verde y rojo. Todo un manjar, que más de uno no duda en recorrer kilómetros con la finalidad de degustar este plato típico.
Llegamos a las papas fritas, si es posible , bien frititas, que son la perdición de los comensales. En verano, después de los baños de mar, que abren el apetito, el plato principal es papas fritas con algo más y no como en el resto del año, que es al revés, actuando como acompañamiento. Es bueno hasta el bocata de papas fritas recién retiradas del sartén con aceite de uso exclusivo para este producto.
Variedad de platos se apoyan en ellas, como las papas con carne, rellenas, con cebolla o con gofio, sin olvidar las sancochadas. Desde fuera de nuestro Archipiélago, importamos las famosas papas a lo pobre y como no, las panaderas, que las vemos cuando un chef presenta su plato sobre una ligera capa de este tipo de papas.
Finalmente, en lenguaje coloquial y siempre con la idea de no faltar a nadie, cuando uno no está conforme por algún motivo con otra persona, es normal escuchar aquello de: ¡Mándate una papa!.
En fin, la papa es parte de nuestra vida, si es canaria, mejor.
Bernardo Lozano Acuña
Escritor
Escritor, Conferenciante y Columnista de La Opinión de Tenerife