Es frecuente en determinada época del año y durante unos días señalados, las conocidas rutas de las tapas.
Cada vez son más los que se apuntan a este tipo de eventos ya que la publicidad del local es importantísima, o dicho de otra forma, conseguir lo verdaderamente importante, darse a conocer como gran finalidad. Por una tapa y copa a precio más que aceptable, hay que tener en cuenta, el mínimo beneficio obtenido, si se consigue, después de descontar los gastos generales, impuestos incluidos, todo un esfuerzo. Por ejemplo, una verdura puede cambiar su precio a lo largo del mes, manteniéndose en todo momento el precio de la tapa al público.
Gracias a un pequeño librito se pueden localizar los establecimientos inscritos, además de la foto, tamaño escala reducida de la famosa tapa, muchas veces dando lugar a que más de uno se lleve una sorpresa ante la realidad. Todo se puede mejorar y en un futuro se podría adjuntar con un texto donde explique los ingredientes de la tapa y así prevenir a todos aquellos que por un motivo u otro no pueden ingerir determinados alimentos por razones de salud. Los propietarios dan fe de la visita estampando el sello del local, esta vez en una plantilla y no como antiguamente en las discotecas cuando salías a coger aire, marcándote la parte superior de la mano para volver a entrar sin pagar nuevamente.
La tapa hay que disfrutarla, charlando con los amigos, conociendo el lugar, sin prisas y respetando el turno según el orden de comandas llegadas a la cocina. Por desgracia no todos piensan lo mismo y con las prisas como bandera actúan de forma inadecuada, por suerte son minoría. La ruta no es sinónimo de preferencia sobre el resto de comensales a la hora de su consumición y muchos locales adecúan parte de sus instalaciones para este evento, respetando a su clientela que al mismo tiempo opta por almorzar o cenar.
Hay que resaltar que muchos ponen mucho amor y cariño en la elaboración, servicio y explicación de la tapa, siendo los visitantes los encargados de evaluar todos estos factores, así como ver los que simplemente van a cumplir con el expediente. La buena primera impresión facilitará futuras visitas a degustar otras especialidades del local.
En fin, sigamos visitando lugares de tapa en tapa.

Bernardo Lozano Acuña
Escritor
Escritor, Conferenciante y Columnista de La Opinión de Tenerife