Más de un millar de vecinos del municipio norteño se desplazaron este lunes hasta la zona conocida como La Josefa, para disfrutar un año más de esta entretenida jornada de convivencia con la que se pone fin a los actos principales de las fiestas en honor a San Antonio de Padua
El sábado se celebró la romería ofrenda y el domingo el día solemne con la Eucaristía, el Canto de los pajaritos y la procesión con la imagen del santo por las calles del casco; además de la XXIV Degustación de Quesos de la Villa de Moya, la XIII Degustación de Productos de Repostería de la Villa de Moya y la II Degustación de Setas de la Villa de Moya
La Villa de Moya disfrutó este lunes del día festivo en el municipio por San Antonio de Padua, con el tradicional y multitudinario sancocho popular celebrado en la zona conocida como La Josefa, al que asistieron más de un millar de vecinos. Un evento organizado por el Ayuntamiento de la Villa de Moya en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria, que supuso el colofón a un fin de semana cargado de actos principales, como la romería ofrenda del sábado o el día solemne ayer domingo, con la concelebración de la Eucaristía, el Canto de los pajaritos y la procesión con la imagen del santo por las calles del casco. Además de la XXIV Degustación de Quesos, la XIII Degustación de Productos de Repostería local o la II Degustación de Setas.
Desde bien temprano, numerosos vecinos procedentes de todos los barrios de la Villa de Moya se desplazaron hasta La Josefa para coger buen sitio a la sombra de los eucaliptos y disfrutar de una entretenida jornada con la familia y amigos. Las sombrillas, mesas, sillas, manteles y toldos, junto a los timples y guitarras para amenizar el día, se iban expandiendo a lo largo y ancho del terreno. Hasta que a las 14 horas comenzó el reparto del almuerzo, previa adquisición de un ticket por un módico donativo de 2 euros, que incluyó pescado, papas arrugadas, ensalada y una deliciosa pella de gofio de unos cuantos metros de largo, todo elaborado con cariño y esmero por el amplio equipo de cocineros, ayudantes y pinches coordinados como cada año por Pablo Betancor, vecino de Carretería.
Para la elaboración de la comida se emplearon cerca de 700 kilos de papas, 500 kilos de pescado salado, 100 kilos de gofio, 80 de tomates, pepinos y pimientos, 70 kilos de cebolla y más de 100 lechugas, todos productos del país.
El resultado no pudo ser otro que un exquisito sancocho canario alabado un año más por todos los comensales, antes de entregarse unos a la siesta, aprovechando la protección del fuerte sol reinante que proporcionaba la vegetación de la zona, en un día especialmente caluroso; mientras otros, la mayoría, se unieron a la Charanga Banda Isleña y varios papahuevos de personajes populares del municipio, que danzaron rumbo al parque Pico Lomito pata continuar con la verbena de día.
El municipio norteño despidió así los actos principales de las fiestas en honor a San Antonio de Padua, que si bien se prolongarán hasta el 9 de julio con competiciones de diferentes modalidades deportivas y el Recital de violín y piano a cargo de Katia Nuez Vostokov, el jueves en la Casa Museo Tomás Morales, talleres de manualidades infantiles, el martes 28 de junio, o la representación de la obra de teatro Un sueño fantástico, por parte del Grupo Juvenil de Teatro de la Villa de Moya, en la Casa de la Cultura.
