Para hablar de Malela Cocina & Café, primero hay que hacerlo de Mari Cristo de La Rosa y de su hermano Raúl. Hay que hablar de los sueños de dos hermanos que un día se pusieron a imaginar una casa de comidas en la modesta, acogedora y céntrica casa lagunera en la que se habían criado, desde donde transmitir a sus comensales en esos platos elaborados con las recetas de Malela la abuela, su bondad, sabiduría y amor a los demás.
Para opinar de Malela Cocina & Café, en segundo lugar hay que haber probado las papas rellenas, las arvejas, los deliciosos huevos a la inglesa y las natillas quemadas. Hay que haber estado delante de esos platos y muchos más, junto con la más variopinta gente de La Laguna y alrededores: intelectuales, artistas, tertulias literarias y bohemias, laguneros de guitarras y bandurrias, Tunos de panderetas, reuniones de amigas de colegio, meriendas vintage de señoras de bien y mil y una invenciones más, pero siempre contando con el cariño y la mirada cómplice de la familia de La Rosa.
Pasó el tiempo y los hermanos resistiéndose a perder la ilusión y el amor entregado a Malela durante tanto tiempo, alargando la difícil decisión, se reunieron un día y decidieron, negándose a dilapidar la pasión entregada, que había llegado el momento de poner un punto y seguido a su casa de comidas.
Y en ese punto y seguido apareció un palmero alto, grande, tatuado, con sus piercing que tocó a la puerta y como en los cuentos con final feliz en ese momento los dos hermanos supieron que Alex Marante era el creador, el genio sin lámpara, el artista que necesitaba Malela para comenzar una nueva andadura. Una andadura diferente, moderna, arriesgada pero genial, que seguro daría mucho que hablar y aportaría a sus clientes y amigos mucho que vivir y disfrutar entre esos fogones.
Todo en Alex es una aventura, una cocina eclética y sin prejuicios que atrae tanto a los amantes de la cocina atrevida como a los principiantes que quieren probar algo nuevo como paso previo en convertirse en profesos de esta religión. Una carta con apetecibles entrantes, con platos veganos, con suculentas ensaladas, con clásicos de Malela, con pescados y con espectaculares postres caseros. Una aventura de los sabores y olores siempre apetecibles.
Sentarse a la mesa y tener delante un pan casero, con buena harina y levadura elaborado y cocido allí, es el preludio para con calma comenzar a cenar, sabiendo como sabemos que Alex elabora toda la comida al momento sin tener nada, absolutamente nada, preparado con antelación aunque ello no signifique que el tiempo de espera sea largo.
Un Vino, o mejor dos para hacer agradable la espera. Un Acón Jóven Tempranillo de la DO Ribera del Duero, elaborado sin crianza en barrica que es una explosión de aromas frutales, intensa y compleja, para dar paso a un sabor que en boca se muestra redondo, carnoso y de paso suave, ideal en una noche lluviosa de ¡Junio!.
De entrante un clásico del Malela de antes, de ahora y de mañana: un Pan relleno de crema de puerros. Una crema de queso, puerros y lácteos en una hogaza casera de pan campesino, con miga y esponjoso que lo convierte en tentador y sumamente delicioso, bien con el propio pan o bien con pequeños biscotes.
Prosigue también un Paté Artesanal con peras y manzanas al vino y un toque de canela en rama que hace que nuevamente el untar en pan sea no solo apetecible sino también más que necesario si no queremos de dejar pasar tal manjar.
De entre los clásicos de Malela a continuación rescatamos para nuestra mesa los Huevos a la Inglesa, donde una salsa de tomate a la antigua, artesanal, de esas con azúcar y espesa como la de nuestras abuelas, acompaña unos espectaculares huevos duros con atún y anchoas además de papas fritas embebidas en el tomate.
Un Timbal de Bacalao con papa confitada, pimiento rojo, cebolla confitada y vino prosigue. Sabroso y apetecible justifica ser el más que merecido paso previo a la carne, con un contraste de sabores que lo hace muy atractivo.
Y de plato fuerte, una Suprema de Pollo Tahití, una más que sabrosa pechuga de pollo en una salsa de naranja con cebolla caramelizada y acompañada de Arroz Venere del Himalaya, un arroz negro también conocido como Arroz del Emperador, sorprendentemente amargo, bautizado con ese nombre en honor a Venere, la diosa del amor con piel de color ébano y perfume inconfundible, que lo hacen perfecto para una ocasión especial. Es un arroz integral que requiere una cocción larga de al menos cuarenta minutos, pero que mantiene una fantástica textura, crujiente y delicada a la vez, que lo convierten en una delicia.
De postre una contundente Tarta de chocolate casera con un chantillí de coco que remata con nota una cena simplemente grandiosa.
Poco más se puede decir de Malela y su cocina: tradición, con respeto a los orígenes canarios, pero que se funde con otros lugares y culturas, haciéndolo con el respeto que merecen. Una cocina con impulso, de mercado y estación que se aprovecha de estos tres ingredientes para hacer una receta para nada repetitiva y que ofrece al visitante algo distinto, con un servicio atento y amable de la mano experta de Edmundo Carballo y Daniel Marante, donde por menos de 20 Euros por persona se disfruta verdaderamente.
Como dice Alex Marante: “La cocina tiene historia y en cada historia hay un plato”. ¡Qué más se puede pedir!
Ficha
Malela Cocina & Café
C/ San Juan, 66
38203 San Cristóbal de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife
Tel 922 09 43 19
Abierto:
Todos los días de 13.00 a 23.00
Malela Cocina & Café
Alfonso López Torres
Crítico Gastronómico
Hasta julio de 2015 fue Director General del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) en el Gobierno de Canarias. Articulista en numerosos medios de comunicación del Archipiélago, tanto digitales como escritos, siendo colaborador fijo de El Día y La Opinión de Tenerife y de diversos blogs, así como también participa y colabora en numerosos medios radiofónicos, en tertulias y espacios de opinión.